El cerro Almodóvar es la gran terraza desde la que asomarse a Madrid, se ubica frente a Santa Eugenia pero es distrito de Vicálvaro. Su origen es natural, como otras formaciones similares cercanas, la acumulación de diversos materiales "blandos" sometidos a la erosión de los siglos, han convertido las montañas en mesetas, en este caso de gran longitud en su cúspide y una altura que alcanza los 727 metros sobre el nivel del mar. El material más característico es el sílex, del cual se han desenterrado restos de utensilios tallados para el ser humano de antigüedad superior a los 30.000 años, así como restos fósiles de animales ya desaparecidos, tumbas y asentamientos visigodos en las cercanías y hay constancia de su existencia desde tiempo de los romanos. Lo visitamos en la primera Zancada por el distrito, que comenzaba allí mismo, ver aquí, y contamos muchas más cosas.
Desde aquí también se puede ver un bonito amanecer. E incluso si se escoge bien el momento y el día, podemos ver "amanecer" la Luna por el lado opuesto a donde se oculta el Sol, al mismo tiempo casi con solo girar sobre nuestros pies:
Hubo una vez, Principito, un Rey cuyo país jamás había entrado en guerra con nadie.
La gente comía a diario, reía y disfrutaba de las fiestas. El campo daba trigo suficiente y las granjas producían alimento de sobra. Nunca les faltó el pan y la leche.
Un grupo de sabios provenientes de distintos reinos, atraídos por su fama,
fueron a visitar al Rey. Los mandaban otros reyes cuyas vidas transcurrían en peleas constantes contra sus vecinos, o para defenderse, o para atracarles,
pero siempre estaban guerreando. Sus pueblos estaban faltos de mano de obra,
sus campos estaban siempre casi arrasados y no daban cosechas suficientes,
sus animales morían o eran requisados por el ejército enemigo,
que los devoraban cuando conquistaban su territorio.
- ¿Cuál es tu secreto, ¡oh Rey!, para vivir en Paz y Prosperidad?
- ¿Cuáles son las complejas Leyes que rigen tu reino?
- ¿Qué terribles Decretos y Castigos mandas a quien no los cumpla?
El Rey les miró muy serio:
- Yo no dicto Decretos, ni ordeno Castigos, no tenemos complejas Leyes ni guardo secreto alguno, simplemente me limito, al igual que cualquier otro ciudadano del reino,
a cumplir un precepto:
"lo que prometas bajo la Luna, cúmplelo al salir el Sol"
Ver Los 43 atardeceres de El Principito en Madrid
@ 2022 by Santiago Navas Fernández
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