sábado, 25 de abril de 2015


Un trueno, un rayo en el cielo oscuro de la noche, nos avisa de que algo significativo ha ocurrido en algún lugar del mundo. 
U relámpago es como la espada de un príncipe que rasga el velo de la noche. Es luz, es fuego, que brilla porque quiere ser vista. 
Es un recuerdo que vuelve, una mirada que se clava en lo más profundo, que nos traspasa, con la que traspasamos.

Una explosión eléctrica que nos da miedo porque perturba nuestra calma, el sosiego. Y en la noche aún destaca más.
Un rayo son los ojos que indagan, el cabello que huele a yerba húmeda, los labios que rasgan otros labios con pasión. Un rayo es un corazón que llora, pero también lo es cuando ríe.
Un relámpago somos los dos.