sábado, 15 de noviembre de 2014





Si un dia, al volver la vista atrás,
(aunque sólo sea para tomar impulso)
me diera cuenta que he dejado algo
sin hacer, por el egoísmo,
o si no hubiera dado el beso de consuelo
que esos ojos me pedían,
si así fuera,
o si hubiera depreciado una fe,
una persona, un color, una idea,
porque no me gustaba y la hubiera
despreciado, humillado, envilecido,
si así fuera,
no me perdonaría.

Pero sí me perdonaría la pereza de una tarde de sábado,
la nostalgia de una vida anterior,
el no hacer la cama cada día,
o el dejar un libro sin acabar de leer.

Nunca una foto sin hacer.