jueves, 27 de noviembre de 2014





Jamás olvides tus sueños, porque en ellos está la vida,
jamás niegues tus ilusiones, porque en ellas vive el futuro.

Recorrí los agujeros del cielo
y en cada uno encontré una luz abierta,
un pasaje al fondo de la fantasía,
soñé, imaginé, creí en ...
Me llamaron inmaduro, infantil, incapaz,
pero ahora que les miro, desde el fondo de la sala,
junto al arpa tal vez olvidada,
siento la misma simpatía que su rabia me refleja.

Desplegué mis alegrías y extendí la perseverancia,
recorrí los pasillos oscuros guiándome por una luz negra,
hasta llegar a tus pies y mojarme en tus aguas saladas.

Ya estoy aquí, de pie, ante ti,
seguro, risueño, orgulloso, desafiante,
con mi pez recién pescado,
ofreciéndotelo sólo a ti:

¡Mira mi amor, al fin lo conseguí!.


domingo, 23 de noviembre de 2014















"Quizá fue culpa mía, quizá necesitaste romper el palacio de cristal en el que te atrapé y que no dejaba de ser una jaula. Necesitaste volver a sentirte viva y escogiste volar sola, un ansia de sentir a la mujer fascinante y seductora que siempre habías sido. O puede que no.


Qué idiota fui, ¡pero te quería tanto!."

Página 110, CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR






sábado, 22 de noviembre de 2014




Buscamos una mano amiga, que nos ayude a caminar, en las sombras de la noche, esa mano existe,o en la claridad del día, pero a veces no la sabemos ver. 

lunes, 17 de noviembre de 2014




Camino, caminito, ... paso a pasito ¿lo conseguiremos?. La constancia, el deseo, la fuerza que nace del interior nos impulsa a caminar. 


Para realizar los sueños sólo necesitamos quererlo y una pizquita de suerte.



Allí, al final, está nuestra meta ¡persigámosla!.

domingo, 16 de noviembre de 2014



Cruzar un puente ... A veces es difícil hacerlo, la otra orilla parece inalcanzable, el puente tampoco parece muy sólido, pero alguien te empuja a hacerlo, los hijos, la pareja, una amistad, intereses propios, ajenos, las creencias, ... durante la vida trazamos caminos y crecen las dificultades para alcanzarlos, pero surgen los puentes, que nos ayudan a esquivar el peligro de abandonar.


El puente puede ser ancho, bien construido, sólido y bello, entonces a nadie nos da miedo pasar por él, ni siquiera nos lo pensamos, lo hacemos y ya está. Pero otras veces tiene aspecto de frágil, de gastado, da un respeto cruzarlo, pero debemos hacerlo, debemos echarnos al hombro nuestro temor y todo lo que llevamos, si lo queremos cruzar, aún a sabiendas que al otro lado la incertidumbre es tanta como aquí.


Admiro las personas valientes que tiran "palante" y cruzan puentes, siempre caminando, siempre en movimiento, siempre inquietos e inquietas.

sábado, 15 de noviembre de 2014





Si un dia, al volver la vista atrás,
(aunque sólo sea para tomar impulso)
me diera cuenta que he dejado algo
sin hacer, por el egoísmo,
o si no hubiera dado el beso de consuelo
que esos ojos me pedían,
si así fuera,
o si hubiera depreciado una fe,
una persona, un color, una idea,
porque no me gustaba y la hubiera
despreciado, humillado, envilecido,
si así fuera,
no me perdonaría.

Pero sí me perdonaría la pereza de una tarde de sábado,
la nostalgia de una vida anterior,
el no hacer la cama cada día,
o el dejar un libro sin acabar de leer.

Nunca una foto sin hacer.


lunes, 10 de noviembre de 2014




Un lector, cuyo nombre coincide con el protagonista, nos envía esta foto con una selección del texto, una exaltación del amor que explica en sus diarios,

domingo, 9 de noviembre de 2014




La sugerencia de una lectora, Pilar Abreu, la página 145, el párrafo dice:

Sus labios eran mis labios, sus miradas más intensas eran mías, sus goces secretos, sus murmullos, sus noches de pasión o sus noches de sufrimiento, que igual pasamos unas que otras, eran totalmente mías. Sus ojos se habían clavado tantas veces en los míos y sin decir palabra me lo habían dicho todo que ya mucho antes de ella irse había comprendido que algo pasaba, algo que la hacía sufrir, algo que no era bueno. Esa era mi Lucía, esa, mía y de nadie más, porque yo luché por ella, porque la entregué todo y ella todo me lo dio. No fue un regalo, fue un intercambio, porque podíamos hablar y decir lo mismo, porque pensábamos igual pero éramos distintos. Porque el mar y el desierto cohabitaban en nuestro dormitorio sin que se enfrentaran jamás, porque no había diferencias, cada cual era cada uno y cada uno era cada cual y tenía su vida propia y a la vez era vida común y se enlazaban nuestros actos, como se enlazan las lianas en las ramas y viven los unos de los otros y gracias a los otros sin dañarse pero alimentándose mutuamente, en una simbiosis perfecta. Porque podíamos pasar días y semanas sin vernos para luego recibirnos como si sólo hubieran sido segundos de ausencia. Porque hacíamos el amor y no nos cansaba. Porque … éramos dos y uno a la vez.



viernes, 7 de noviembre de 2014





Si algo nos favorece ¿a quién se le ocurre cambiarlo?. Y si nos perjudica ¿podemos cambiarlo o no depende de nosotros?, si podemos, hagámoslo, si no podemos, dejemos de lamentarnos y busquemos cómo mejorar.


martes, 4 de noviembre de 2014

página 129




" ... Madrid le duele al viajero que regresa con las maletas repletas de recuerdos. Madrid se rompe a los pies de quien regresa cargado de dolor, cansado. Pero Madrid le tiende los brazos envueltos en una sonrisa, pues la vida que esconde es mucha, a quien llega con la fe como única moneda en sus bolsillos ..."

página 129 ...

lunes, 3 de noviembre de 2014




- Cuando el viento deje de soplar, será porque todos los males han desparecido – le dijo su abuelo un día.

Los mismos acantilados que le llaman extendiendo sus fatales brazos y le tientan como si fueran imán fabricado con la peor escoria, le atraen con sus oscuros ojos pero no consiguen abrazarlo, “jamás me atraparán” se dice a sí mismo.

Página  68,  de  "CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR".