domingo, 16 de noviembre de 2014



Cruzar un puente ... A veces es difícil hacerlo, la otra orilla parece inalcanzable, el puente tampoco parece muy sólido, pero alguien te empuja a hacerlo, los hijos, la pareja, una amistad, intereses propios, ajenos, las creencias, ... durante la vida trazamos caminos y crecen las dificultades para alcanzarlos, pero surgen los puentes, que nos ayudan a esquivar el peligro de abandonar.


El puente puede ser ancho, bien construido, sólido y bello, entonces a nadie nos da miedo pasar por él, ni siquiera nos lo pensamos, lo hacemos y ya está. Pero otras veces tiene aspecto de frágil, de gastado, da un respeto cruzarlo, pero debemos hacerlo, debemos echarnos al hombro nuestro temor y todo lo que llevamos, si lo queremos cruzar, aún a sabiendas que al otro lado la incertidumbre es tanta como aquí.


Admiro las personas valientes que tiran "palante" y cruzan puentes, siempre caminando, siempre en movimiento, siempre inquietos e inquietas.