lunes, 3 de noviembre de 2014




- Cuando el viento deje de soplar, será porque todos los males han desparecido – le dijo su abuelo un día.

Los mismos acantilados que le llaman extendiendo sus fatales brazos y le tientan como si fueran imán fabricado con la peor escoria, le atraen con sus oscuros ojos pero no consiguen abrazarlo, “jamás me atraparán” se dice a sí mismo.

Página  68,  de  "CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR".