jueves, 27 de noviembre de 2014





Jamás olvides tus sueños, porque en ellos está la vida,
jamás niegues tus ilusiones, porque en ellas vive el futuro.

Recorrí los agujeros del cielo
y en cada uno encontré una luz abierta,
un pasaje al fondo de la fantasía,
soñé, imaginé, creí en ...
Me llamaron inmaduro, infantil, incapaz,
pero ahora que les miro, desde el fondo de la sala,
junto al arpa tal vez olvidada,
siento la misma simpatía que su rabia me refleja.

Desplegué mis alegrías y extendí la perseverancia,
recorrí los pasillos oscuros guiándome por una luz negra,
hasta llegar a tus pies y mojarme en tus aguas saladas.

Ya estoy aquí, de pie, ante ti,
seguro, risueño, orgulloso, desafiante,
con mi pez recién pescado,
ofreciéndotelo sólo a ti:

¡Mira mi amor, al fin lo conseguí!.