sábado, 2 de mayo de 2015


Si te cuesta, no lo hagas, no merece la pena. 
Pero si de verdad lo quieres, lucha por conseguirlo.
Pase lo que pase y pese a quien pese. Es tu vida.
Sólo te digo ¡hazlo!.


viernes, 1 de mayo de 2015






Son esas pequeñas cosas, que marcaron algo,
son esas pequeñas cosas, que nos recuerdan algo,
son esas pequeñas cosas, que nos arrancan una lágrima.

Sin apenas importancia, pero tan cargadas de cosas,
de flores, de colores, de sueños y sin sabores,
de tristezas y de risas, de esperanzas, nueva vida.

Son cotidianidades que sin saberlo son protagonistas,
que sin saberlo, se cargan de cosas, de esas pequeñas cosas.



sábado, 25 de abril de 2015


Un trueno, un rayo en el cielo oscuro de la noche, nos avisa de que algo significativo ha ocurrido en algún lugar del mundo. 
U relámpago es como la espada de un príncipe que rasga el velo de la noche. Es luz, es fuego, que brilla porque quiere ser vista. 
Es un recuerdo que vuelve, una mirada que se clava en lo más profundo, que nos traspasa, con la que traspasamos.

Una explosión eléctrica que nos da miedo porque perturba nuestra calma, el sosiego. Y en la noche aún destaca más.
Un rayo son los ojos que indagan, el cabello que huele a yerba húmeda, los labios que rasgan otros labios con pasión. Un rayo es un corazón que llora, pero también lo es cuando ríe.
Un relámpago somos los dos.


jueves, 9 de abril de 2015




Tengo tantas palabras metidas en la cabeza. 
Tengo tantas ideas bullendo como una olla cuando está a punto de romper. 
Tengo tantas imágenes acumuladas en la periferia de la pupila de mi imaginación. 

Que parezco un desierto blanco sobre cielo azul, cuajado e inerte, dormido sobre las manecillas del reloj, que da vueltas y vueltas arrastrando tras de sí mi atónita mirada.
Tengo que romper y lanzar al aire las flores cortadas, dejar el jarrón en el suelo y esperar a que caigan en el orden adecuado.
Este es ese voraz momento del parto, ahí está, todo listo, sólo falta sentarse y enlazar una perla tras otra para hacer el collar.


miércoles, 18 de marzo de 2015





Tal vez, cuando despierte mañana, estés ahí, sobre tu máquina de escribir, tejiendo historias, haciendo planes, preparando tu próximo viaje o tu siguiente entrevista.
Tal vez nuestra casa jamás pierda el color ni la forma. Se convierta en el santuario donde habitemos los dos en solitario, como fantasmas, a salvo de la enfermedad, del dolor, de la muerte,
Tal vez si abro los ojos con fuerza, con determinación, con el suficiente deseo y la suficiente fe, aún te encuentre a mi lado, entre las sábanas. Y vuelva a sentir tu calor.

Tal vez yo no sea Jaime y ni tu Lucía, o viceversa, porque ya estoy tan dentro de ti como tu de mi y ya no sé quien es quien, si yo soy el del espejo o si soy la del retrato sobre la mesilla de noche.
Tal vez el amor mueve montañas, pero lo que no hace es cruzar el espacio, y menos la frontera que cruzan los muertos. Donde tu te fuiste, yo no puedo seguirte. Y no es por que no desee estar contigo, es simplemente que no, que no puedo, que no siento ni fuerzas, ni deseo, ni estímulo, ni ansiedad, que no, que no siento, nada de nada.
Tal vez esta tarde o esta noche, o la hora que quiera que sea esta en la que vivimos ahora mismo, sea sólo el duro espacio de tiempo que media entre tu despedida y nuestro reencuentro.
Tal vez los colores sólo sean una máscara y el rojo de tu sangre sea el único real. De esa sangre que derramaste aquella noche en aquel horrible lugar donde fuiste humillada, o en aquel hospital donde arrancaron de tus entrañas el fruto de aquella brutalidad.
Tal vez, ojalá, esta vida no acabara nunca y tu estuvieras a mi lado para compartirlo y recorrer aquellas serenas calles, 
Amor.


lunes, 16 de marzo de 2015




Si necesitas la aprobación constante, es que algo te falta: ser tu propia alma. Si no tomas la mochila y te vas, porque tal vez alguien le duela o se quede solo, o sufra sola, es que no puedes ni vivir siquiera.

No pongas el pretexto del amor. Sé como Lucía (la protagonista de "Cuando el viento deja de soplar"), conserva el amor, el corazón lleno para derramarlo en otros ojos, pero a la vez, haz eso sin lo que no puedes vivir y que te empuja a volar.

Si quieres ser tu mismo o tu misma, deja de pensar en lo que pensarán. Hazlo. Ve o quédate, pero haz lo que creas que debes hacer y no mires atrás.


miércoles, 11 de marzo de 2015