domingo, 14 de septiembre de 2014



Me preguntaba el otro día un comprador (que se lo iba a regalar dedicado a su hija) cómo podría catalogar el libro. Es difícil decir "romántica", "contemporánea", ... o cualquier otro calificativo, porque CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR reúne experiencias reales con personajes imaginarios, pero que existen.


Es difícil de explicar que contiene hechos tan reales que les ocurren a personas que colaboran con ONG´s, como las que estamos viendo estos días en los informativos, que viajan a lugares recónditos a prestar sus conocimientos y ayuda. Pero también hay personajes pasivos incapaces de ir a esos lugares a jugarse (y perder) la vida.

Sin embargo, todos son iguales aunque son distintos. Aman y sueñan de la misma manera. Lloran y sienten pánico, se retiran con pesadumbre de esa vida o siguen hasta que les llega el momento. Y dejan todos sus sentimientos escritos en diarios y cartas que se pierden, que aparecen y que a mi me han servido para relatarlo.

Así que la historia CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR es intimista, contemporánea, actual, romántica, sensible, ... y lo que tu quieras decir.



Hasta la hierba deja de crecer, Eolo se harta de soplar y hasta el mejor escribano echa un borrón.

No soy de aquí ...

viernes, 12 de septiembre de 2014


Hoy no tengo ganas de hacer equilibrios sobre el fino cordel de la cordura. Hoy tengo ganas de reír "como un loco". 

Así que dame un abrazo y salgamos a "correr descalzos bajo la lluvia".

martes, 9 de septiembre de 2014





“... Es como el primer amor de tu vida, ¿no lo recuerdas con un infinito cariño?. Ya pueden pasar años y años, que cuantos más pasen, más lo recuerdas, porque fue un amor verdadero que sobrevivirá al tiempo y al espacio”, se quedaba mirándome fijamente con sus ojos brillantes como estrellitas en la noche, esperando que yo asimilara el razonamiento “¿O acaso conoces a alguien que hable mal de su primer amor? ...”


CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR


Todos hemos tenido un primer amor, fuerte y alegre como la primavera, pero llegó el verano y se agostó de si mismo. O lo superaba, y con la llegada del otoño, vestidos de un color nostálgico y vida prestada, quedaban al calor mutuo que buscan los cuerpos en el invierno. Todos hemos tenido un primer amor ... una primavera, un verano, un otoño y un invierno ... y luego otro ciclo. Así es la vida.





Anoche cogiste entre tus dedos la luna y la llevaste al cielo, para que brillara el mundo entero.


He de dejar constancia aquí, en público, de una de las mejores críticas que ha recibido CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR, me la dio personalmente ayer Eva Anton, compradora y lectora, me habló de la extraordinaria sensibilidad que destilaba la carta de Lucía, que el pensamiento se asemejaba a lo que cualquier mujer sentiría. 


Gracias amiga, es lo que pretendía, expresarme como si fuera una mujer, para lo que me dediqué a escuchar testimonios reales.

jueves, 4 de septiembre de 2014


Entre tu cabello sedoso duermen mil sueños, 
cuando mis dedos se enredan en ellos,
alcanzo el éxtasis de la sensibilidad.
Tendidos sobre la almohada, desnudos,
son la tentación de mis deseos.
No me los quites nunca, ni siquiera al dormir.