He de dejar constancia aquí, en público, de una de las mejores críticas que ha recibido CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR, me la dio personalmente ayer Eva Anton, compradora y lectora, me habló de la extraordinaria sensibilidad que destilaba la carta de Lucía, que el pensamiento se asemejaba a lo que cualquier mujer sentiría.
Gracias amiga, es lo que pretendía, expresarme como si fuera una mujer, para lo que me dediqué a escuchar testimonios reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.
ocelos1962@