Los adornos son la presentación poética de las cosas simples. Es como el vestido en los seres humanos, nos identifica, nos clasifica, nos sitúa, pero no hay que olvidar que lo importante está dentro. De nada sirve la ornamentación si el palacio es solo fachada y su interior no es más que una chabola. Como Lucía escribió en su diario: "...Descubría, que más que una fortaleza era una cueva, con más o menos encanto, pero no el castillo que había imaginado ...", Diario de Lucía, Cuando el viento deja de soplar, libro.
- Vale, hasta aquí, ¿no te va bien?
- No
- El hartazgo en tu cuerpo y tu mente no aguanta más ¿verdad?
- Así es
- ¿Y qué piensas hacer?
Silencio, miradas ...
- No lo sé - sollozos de los ojos rojos que ya soltaron demasiado agua.
- Míralo de esta forma.
Silencio, manos blancas que acarician la piel dolorida. Como un interruptor detienen las lágrimas y abren los ojos verdes.
- Dime.
- Hoy es el primer día de tu vida. El pasado es un libro que ya has leído, no lo olvides, pero ciérralo. Hoy tu vida comienza de nuevo.
Amanece, el sol despierta del sueño.
- ¡¡¡ VIVE !!!!!