jueves, 31 de julio de 2014


Y en el asiento que siempre fue nuestro, aún sigo esperando tu regreso, aunque sé que ya no volverás. Pero no porque tu no quieras, simplemente es que no puedes.

martes, 29 de julio de 2014


A veces conviene encerrarse en tu propio corazón, en tu propia mente y hacer limpieza. No voy a contar el paso de la crisálida, no. Lo cambio por el lenguaje de la vida vegetal, del azahar que se transforma en limón, del penetrante olor de las noches cálidas, el dulzor de un paseo junto al río con el profundo aroma que arruma desde las aceras, del color vivo, hasta el amarillo que rompe con el verde cotidiano de las hojas, que nos sugiere calor y a la vez refresco de agua y azúcar.

A veces conviene pararse a mirar cómo la naturaleza nos va jalonando el camino de ejemplos. El azahar, el limonero, si uno es bello y aromático, el otro no lo es menos y sin embargo, ambos a la vez no pueden ser, primero uno luego otro.

Ahí está, sal, mira la vida y encontrarás miles de razones para vivirla. Limpia tu alma, limpia tu mente, limpia tu corazón, deja hueco para que entre la belleza, las sensaciones.

Jaime ¿lo harás?.

Y Jaime lo hizo, se desprendió de todo lo negro y negativo y se lanzó a la conquista de lo realmente importante, los mejores recuerdos de Lucía. Porque la amaba. 
Y eso ocurre "cuando el viento deja de soplar".



viernes, 25 de julio de 2014



Alguien dijo que las buenas historias no acaban nunca, que siempre tienen su epílogo, por eso lo puse, porque no es el final, pero sí la clave y, tal vez, el principio. De regalo a los más de 2.000 seguidores:

"EPILOGO

El viejo barrendero descansa el lomo de folios ya leídos sobre sus rodillas, mira al frente como el que mira al infinito y arquea la comisura de los labios recordando sensaciones enterradas en su pasado. No le gusta cómo acaba la historia. Jaime no puede quedarse en una melancolía infinita, su vida tiene que seguir, es muy joven aún, Lucía no puede convertirse en la losa que lo sepulte. ¡Cuántos años han pasado desde aquellos días!.

La tarde languidece al otro lado de los cristales. Tendrá que acostarse un rato si quiere descansar antes de ir al trabajo. A las 5 comienza su turno, cuando la ciudad duerme y los borrachos aún no piensan en volver a casa. Pero su mente no descansa y sueña con lo que ha leído y vuelve a vivir aquellos momentos tan atroces: el dolor de Lucía, el silencio de Jaime, el desprecio de sus antiguos compañeros.

De madrugada se levanta, está cansado, muy cansado y ante el espejo apenas se reconoce. Lleva tantos días así, como tantos leyendo y rumiando la historia. Le gustaría saber qué fue de Jaime. Pero tiene que ir a trabajar. Se viste su uniforme y prepara el bocadillo de media mañana.

Cuando va por fin a salir, recuerda algo, ..."

La historia acaba ..., no, la historia no acaba, es el libro el que acaba unas pocas líneas más adelante, te gustará leerlo hasta el final para poder comprender:



Los sueños, todos tenemos sueños, todos deseamos algo, como Juan Salvador Gaviota ... pero hay que perder el miedo a volar, el lastre de las alas no nos dejar ir allá donde realmente queremos.

Yo tengo un sueño, ustedes que me leen, tienen un sueño, ... hagámoslo ... quizá nos quedemos en el intento, pero al menos lo habremos intentado ...

Dedicado a las soñadoras como Lucía, la protagonista de CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR, que perdió su vida en el intento. Cuando podía haber sido una mujer rica y aclamada, prefirió unos vaqueros y una vieja mochila de rayas para recorrer el mundo ayudando a enfermos. Y también a Jaime, que la supo amar.

Él fue su Pedro Gaviota ...

Y también dedicado a los más de 2.000 seguidores de la página en face, más de 400 en el blog, que tienen sueños como yo los tengo y los compartimos. Y a los que han comprado el libro, que ya saben de qué les hablo.

Y a V, que me pidió publicarlo cuando lo descubrió dormido entre miles de papeles.

...


Juan Salvador Gaviota ... Amanece


miércoles, 23 de julio de 2014


"... De repente desaparecen las montañas y el avión da un pequeño salto hacia abajo que le devuelve al mundo real, es como si la piel y los huesos hubieran continuado en el asiento, mientras las entrañas hubieran salido volando a lo más alto del techo. El paisaje ha cambiado, ha perdido el blanco inmenso y ha recobrado el multicolor de verdes, amarillos y marrones en todas sus gamas. Comienzan poco a poco a aparecer otros tonos menos salvajes, más doblegados por la intervención humana, el rojo teja, el variado crema, el azul figurado, el verde carruaje, … la civilización. Ha llegado el momento temido del descenso en busca del destino final, el aeropuerto. JJ y Patricia siguen con su charla, hay un mayor acercamiento entre ellos, ya no hay duda de lo que planean. “En el mismo aeropuerto hay un hotel, pero ¿qué me importa a mí?”, se dice Jaime ..."


"CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR" en facebook (pincha aquí)



... los libros están llenos de palabras,
pero las guardan en un profundo silencio ...

lunes, 21 de julio de 2014




"... el tiempo es invencible porque él mismo se destruye a cada instante;
no puede escapársele quien se prendió en él ..."

Jose Luis Sampedro "La vieja sirena".

No pasa la vida ni pasan los sentimientos, es el tiempo el que pasa y acumula vida y sentimientos, experiencias, desencantos y deseos. Y sólo sobrevive quien vive en la esperanza, solo descumple años quien aún tiene ilusiones. Sólo es joven el que se bebe cada instante y se alegra de la sonrisa ajena y se calienta con los besos.