lunes, 22 de diciembre de 2014




Desde "Cuando el viento deja de soplar" queremos brindar con todas y todos por la Navidad, el año próximo y las personas que llenamos el mundo.

lunes, 15 de diciembre de 2014





"... Al fondo duerme la vieja mochila a rayas de Lucía, manchada con pintas oscuras que un fatídico día fueron de sangre. Jaime la arrojó a sus pies la última vez que lo vio, ..." página 161, CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR.


pronto, muy pronto, sabremos qué ocultaba esa mochila manchada de la sangre de Lucía, ...

martes, 9 de diciembre de 2014













Aún no he puesto el árbol de Navidad, el "belén", los adornos, las luces, ... otros años ya lo había hecho, incluso un año usé una gran mesa para recrear tan manido evento, tardé varios días, pero lo disfruté de lo lindo. Tengo un amigo belenista, al que admiro mucho, por cierto, que me contaba secretos de cómo se hacía, pero jamás llegué a adquirir su arte. 


No me importaría recrear ese pequeño instante de la Historia, pero no es algo imprescindible. Como cada cosa en esta vida, todo tiene su tiempo, su momento y hay que vivir el día de hoy, pensando en el mañana, apreciando lo que fue, pero no lleno de lastres del pasado ni miedos al futuro. La felicidad es vivir el presente y disfrutarlo en la compañía adecuada, el resto, son mochilas.

sábado, 6 de diciembre de 2014




¿De dónde viene tanta luz?


La magnitud de la noche, el silencio, la luz cegadora que sorprende la fantasía. Un unicornio sería lo más esperado, pero la silueta iridiscente contra el cielo oscuro de la noche, destaca la figura aún más, como si tuviera luz propia. Esas cosas cotidianas que a veces nos revela la magia de una visión distinta.

jueves, 27 de noviembre de 2014





Jamás olvides tus sueños, porque en ellos está la vida,
jamás niegues tus ilusiones, porque en ellas vive el futuro.

Recorrí los agujeros del cielo
y en cada uno encontré una luz abierta,
un pasaje al fondo de la fantasía,
soñé, imaginé, creí en ...
Me llamaron inmaduro, infantil, incapaz,
pero ahora que les miro, desde el fondo de la sala,
junto al arpa tal vez olvidada,
siento la misma simpatía que su rabia me refleja.

Desplegué mis alegrías y extendí la perseverancia,
recorrí los pasillos oscuros guiándome por una luz negra,
hasta llegar a tus pies y mojarme en tus aguas saladas.

Ya estoy aquí, de pie, ante ti,
seguro, risueño, orgulloso, desafiante,
con mi pez recién pescado,
ofreciéndotelo sólo a ti:

¡Mira mi amor, al fin lo conseguí!.