jueves, 7 de agosto de 2014

martes, 5 de agosto de 2014


Ella, Alejandro Sanz


Cuantos sueños se sueñan a veces. Y en mi sueño ví lo que no sabía, pero quería saber. Rogaba por ver y al final lo supe. Desde entonces llevo la imagen y creo que es el único sueño que recuerdo. Y cuando un día la vi con este peinado, supe que era ella ...







La felicidad está ahí, donde la buscas. 

Da igual la gran ciudad o un pequeño pueblo.
Ser director general, presidente, pega-sellos o pastor de ovejas,
la felicidad está donde la buscas,
si es tu decisión y la tomas tras amarte a ti mismo o misma,
sólo tu corazón manda.

lunes, 4 de agosto de 2014




Tomar decisiones en la vida. 

"... Si alguna vez se me hubiera ocurrido insinuar la posibilidad de que renunciase a lo que hacía para quedarse conmigo y hacer una vida “normal”, inmediatamente tendría que haber hecho las maletas. Lucía había elegido su vida, ella era así y yo la amaba así, supe aceptarla con todas las consecuencias ..." del diario de Jaime.

Sólo las personas excepcionales hacen cosas excepcionales ... 




Viajar ... viajar es necesario, importante, compensa el esfuerzo y los malos ratos. Viajar promueve la cultura, el entendimiento, la comprensión. Viajar enriquece en todos los sentidos. Merece el esfuerzo, merece la pena, es aconsejable, deseable.

Lucía optó por viajar, ayudando a los demás, pero se puede viajar por muchos motivos. Lo importante es inmiscuirse en el terreno, reconvertirse en pueblo, confundirse con el paisaje y convivir con la gente y sus costumbres.


Lucía viajaba, siempre viajaba y jamás se arrepintió. Ni siquiera cuando fue atacada, ni siquiera cuando tuvo que sufrir las consecuencias del ataque. Lucía fue feliz porque hacía lo que le gustaba. Y de haber sabido lo que iba a pasar, también hubiera viajado, lo sé. Jaime lo sabe, lo supo, hasta 

CUANDO EL VIENTO DEJO DE SOPLAR.

viernes, 1 de agosto de 2014





" ... De la pared del apartamento de Lucía cuelgan otros pedazos de su vida, jirones del corazón en forma de máscaras, abalorios, trozos de tela que yo no sé identificar pero que multitud de veces me explicó su significado y procedencia. Por las esquinas de la casa, sobre los muebles, dentro de la vitrina, en la habitación, en los cajones dormidos …, se distribuyen gran cantidad de objetos traídos de sus agotadores viajes. Cada uno guarda un trocito de historia, de la historia del lugar donde estuvo semanas o meses. Son gotas que van arrullando los recuerdos de la vida en común, de sus ausencias, de mis largas esperas, de sus silencios de días, de sus traumas y de sus lágrimas mudas. Igual que entonces, durante sus largos eclipses, ahora, en el silencio del apartamento donde vivimos nuestra historia de amor, me sirven para mantener viva su presencia, el aroma de su perfume tan personal e inconfundible, tan natural y penetrante, que aprendí a distinguir como un perro de compañía, que ladra nervioso mucho antes que su ama llegue a su lado ..."