domingo, 17 de mayo de 2015




¿Aún caben dudas de lo que es la amistad, de lo que es el cariño que transgrede las restricciones del tiempo?
¿Aún no crees que una Fe puede unir más que una lazada, porque desconoce la distancia?, nada significa el espacio cuando se creé.
¿Acaso no es más estable una idea sana, una discurso sentido, una vida de esfuerzo que cualquier promesa ocasional?

Las personas que luchan y se entregan, no son dueños de sus vidas, sino esclavos de su Fe. 
Por eso un día escribí la historia de Lucía, como podría ser la historia de muchos otros y otras. Mi homenaje rendido a esos faros humanos, cuya señal alumbra el mundo desde cualquier rincón, en este caso, desde Guatemala.