domingo, 25 de enero de 2015




¿Dónde te escondiste?, detrás de las olas, dentro de las conchas, encima de una nube, ... no sé.


¿Dónde estás que no te encuentro?, y te echo de menos, el escaso calor que me das cada noche, la luz de tus ojos, ...



Valor para soñar y buscarte ...


La guerra nos perjudica a todos. Porque es al antítesis de la vida, la antítesis del sentimiento de hermandad entre los hombres y mujeres, la antítesis de la solidaridad, amistad, amor, ...


La guerra provoca la muerte de millones, el odio de otros tantos, la pobreza de todos, salvo de los que se hacen ricos y poderosos con la guerra. 

Defender la paz es defender la vida. Quien no está contra la guerra, no puede presumir de defender la vida, porque la guerra es la pena de muerte legalizada.




Lucía, la protagonista de CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR, conocía los horrores de la guerra y por eso era voluntaria. Y por eso también, dejó su vida atada a una lucha generosa.