domingo, 23 de noviembre de 2014















"Quizá fue culpa mía, quizá necesitaste romper el palacio de cristal en el que te atrapé y que no dejaba de ser una jaula. Necesitaste volver a sentirte viva y escogiste volar sola, un ansia de sentir a la mujer fascinante y seductora que siempre habías sido. O puede que no.


Qué idiota fui, ¡pero te quería tanto!."

Página 110, CUANDO EL VIENTO DEJA DE SOPLAR